Desde su inicio, la obra de Sergi Barnils ha recorrido distintas etapas. Cada una de ellas responde a un minucioso proceso intelectual, y a una manera de pensar, de vivir y de crecer, personalmente y estéticamente. En la presente exposición podemos ver un conjunto de obras austeras y sobrias, aparentemente monocromos, con sutiles veladuras, donde se ve un trabajo minucioso, delicado en la forma pero contundente en el fondo. Todas ellas beben de lecturas de textos bíblicos en relación con el origen y el fin del tiempo.

En las obras de gran formato utiliza aceite, acrílico, ceras de aceite, carboncillos..., pero sobre todo utiliza la encáustica, sobre tela o sobre madera. Una vez aplicado el caucho sobre la superficie, graba un conjunto de símbolos y de imágenes, después vuelve a pintar con distintos materiales… y así sucesivamente hasta conseguir el efecto deseado. Aquí se percibe su formación en el grabado, en los relieves o los grattages que utiliza.

"Amatista" está inspirada en los nombres de piedras preciosas que conforman "La ciudad celeste", libro del Apocalipsis, capítulo 20, donde Barnils encuentra inspiración para pintar sus obras en los últimos años. En esta exposición las obras tienen diferentes colores, como estas piedras que tienen reflejos con muchos matices. Un conjunto de cromatismos variados y armónicos a la vez.

Impactan las formas y dibujos perfilados y en cada una de las telas se intuyen las historias llenas de significado que le inspiran. Siempre está presente una espiritualidad más serena en un momento o más expresiva y lúdica en otro. Un estudio minucioso de textos, una reflexión constante, un crecimiento personal continuo, y al final una elaboración creativa, libre, espontánea y muy enriquecedora.

Cada uno de sus cuadros se puede ver y al mismo tiempo se puede “leer”, porque cada símbolo tiene un significado en su lenguaje particular, como si de una caligrafía se tratara. El triángulo, el círculo, la estrella… se van repitiendo, se ven o se intuyen creando imágenes con un resultado plástico muy potente.

Dentro de la constante búsqueda creativa de Barnils, en esta ocasión, podemos ver un conjunto de cerámicas, piezas únicas donde se repiten los signos y símbolos habituales en sus trabajos, los colores se vuelven más vivos, las formas más intensas, pero sigue siempre el mismo lenguaje, la misma música. Y el propio proceso de estudio espiritual y de crecimiento personal que ha caracterizado siempre su obra.