La pasión por el Arte y una necesidad imperiosa de expresar sus sentimientos de manera plástica, le llevaron a iniciarse en el mundo de la pintura hace más de dos décadas. Sus principales influencias no solo han venido de la mano de artistas consagrados como Basquiat, Cy Twombly, Saura y otros del Expresionismo Abstracto, sino también de los garabatos esbozados por los más pequeños. En su obra queda patente su interés por el Arte Infantil, no solo desde un punto de vista formal -donde los elementos iconográficos están esbozados con trazos que parecen surgidos de la mano de un niño- sino también en la elección de los temas. A través de sus obras nos invita a adentrarnos en su universo particular, un universo que, sin darnos cuenta, trataremos de hacer nuestro.

Sus obras se pueden ver en diferentes galerías, en Nueva York, donde trabaja habitualmente, en China … Y ahora también en Barcelona, así como en numerosas Ferias nacionales e internacionales.

Su paleta de colores alegres y brillantes es un rasgo que le define. Al principio de su carrera empleaba colores oscuros como el negro, gris, marrones y poco a poco ha ido incorporando el rojo y el rosa hasta llegar a las salpicaduras de flúor en estas obras. 

Sin embargo, el color en su obra no va asociado a ningún estado de ánimo,  según Xavi Carbonell, cada obra le sugiere un color. Usa el negro, el marrón, el rojo o el rosa, sin ninguna connotación previa. 

«Cuando estoy pintando una obra de arte no estoy pensando en el color, tampoco es que lo vea en blanco y negro, pero es a la hora de resolver el lienzo cuando realmente surge», comenta.

En las obras que conforman “Untitled”, la exposición que actualmente se puede ver en Barcelona, hay dos influencias claras: el expresionismo abstracto americano y el arte infantil. Pintar como un niño, es conseguir abstraerse y volver a esa inocencia infantil que con el tiempo perdemos. “No solo pinto lo que veo, sino lo que siento”, comenta Xavi Carbonell sobre su proceso creativo. “Iría mejor en el mundo si todos actuáramos desde el sentimiento y desde la inocencia infantil”.

Sus obras no tienen título. De ahí el nombre de la exposición “Untitled”. Huye de las etiquetas y a la vez es una forma de no condicionar al espectador para que este se sienta libre al interpretar lo que las pinturas le sugieren.

Adentrándonos en sus obras, nos encontramos con infinidad de personajes, de cabelleras coloridas y ojos grandes. Seres fantásticos fruto de la imaginación o personajes reales interpretados de una manera muy personal.  Multitud de personajes juntos, unos encima de otros, amontonados en un mismo lienzo, como si cada obra fuera un universo particular. Y en cada universo pudiéramos descubrirnos a cada uno de nosotros.